Será que siempre buscamos lo que nunca hemos tenido.
Alguna vez mi padre me dijo cuando yo era pequeño: “Hijo, los amigos se cuentan en los dedos de las manos y muchas veces sobran dedos”.
De ahí me pregunto siempre: “¿Quienes serán mis verdaderos amigos? ¿Acaso he de desconfiar de todo al que he conocido? No sé.¿ Cómo saber quienes son mis amigos?Serán acaso aquellos que:
1. Me llaman para salir conmigo, o aquellos que me despiertan cuando estoy dormido.
2. Los que me apoyan cuando estoy afligido, o los que me hacen ver mis errores aún que no sea lo que yo he querido.
3. Los que me felicitan en mi cumpleaños y celebran conmigo toda la noche, o los que con una simple llamada me hacen sentir vivo.
4. Los que están incondicionalmente ahí cuando los necesito, o los que a pesar de su ausencia son los que más me han querido.
5. Los que me dicen que todo está bien, o los que dan la contra y lo malo me hacen ver.
6. Los que me prestan dinero cuando lo necesito, o los que me lo niegan porque saben su destino.
7. Los que al verme me saludan con un gran abrazo, o los que me reciben con una sonrisa y un sincero apretón de manos.
8. Los que me cuentan sobre todo lo que les pregunto, o los que sin pedírselo lloran conmigo por lo que les ha sucedido.
9. Los que me dicen que me quieren, o los que con una sonrisa trasmiten más de lo que pueden.
10. Con los que nunca peleo, o con los que a veces riño.
Conclusión:
La verdad es que puede haber muchas clases de amigos, pero solamente cuento en mis manos a los que aún conociendo mis sentimientos, mis pensamientos, mis fantasías, mis alegrías, mis éxitos, mis errores y mis fracasos, confían en mi y sobre todo me aceptan como soy, sin cuestionamientos, ni reproches.
Simplemente se limitan a decir : ¡¡¡Ese que va allá es mi amigo!!!.
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